Las vistas ópticas estuvieron muy de moda en el siglo XVIII, son grabados, fundamentalmente en plancha de cobre, hechos para ser vistos a través de una "caja óptica" (con inversión del texto y la imágen), que constaba de un espejo inclinado y una gran lente, para poder ver las estampas.
Esta en concreto se basa en las vistas de Madrid de Pieter vanden Berge, publicadas derca de 1690, y tituladas "Theatrum Hispaniae exibens Regni, Urbes, Villas ac Viridaria Magis Illustria".
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